De Argentina, particularmente de Buenos Aires, tengo muy buenos recuerdos. La ciudad de la furia me recibió en 2006 con los brazos abiertos, cambié la percepción de muchas cosas e hice muy buenos amigos, que aún hoy conservo. Precisamente hace algunos años, uno de ellos empezó a gestar una idea medio loca pero muy sensata y necesaria, diría yo.
Se trata de Proyecto Calco, una iniciativa que en principio sólo buscaba generar bienestar en las personas a través de calcomanías con mensajes positivos, que lograran al menos sacarles una sonrisa. Y digo en principio porque hoy en día esta “ideita” es casi que una filosofía de vida que, sin quererlo, ha recorrido el mundo entero.

¿Cómo surgió esta idea?
De la simple iniciativa a la filosofía de vida
Reproduciendo el bienestar alrededor del mundo. ¡Esa idea me gusta! Claro, que la gente vea una calco en algún lugar, llámese subte, parque, playa, aeropuerto, carro, nevera, ventana, bici, etc., y se identifique con ella, pero que a su vez viaje con esos mensajes positivos a otros lugares del mundo, ¿por qué no?
Lo que se viene: calcos con historia, más que “papelitos buena onda”. ¿Quieren saber de qué se trata?
Proyecto Calco en Twitter @ProyectoCalco
Proyecto Calco en Facebook
Yo por lo pronto, me autodeclaré embajadora de Proyecto Calco en Colombia, cargo honorario que Manuel Gutiérrez Arana, Mamo para los amigos, aceptó.
Para los interesados en obtener las calcos en Bogotá @alicarrillog en Twitter.
Agradecimiento especial a Manuel Gutiérrez Arana, fundador de Proyecto Calco, por la entrevista. ¡Genio Mamo!
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