Hoy, como cada 3 de mayo, muchos periodistas «sacan pecho» por la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa. Sin embargo, no es un día del todo «glorioso», pues para nadie es un secreto que esta conmemoración, proclamada desde 1993 por todos los países miembros de la Unesco, suena muy bonita en teoría, pues de práctica «pocón-pocón».
La situación del periodismo en en Colombia (y en muchos países del mundo) no es para nada alentadora. Y es que no podemos hablar de libertad de prensa dos días después de que, en la vía que de Ibagué conduce a Bogotá, intentaron silenciar la voz de Ricardo Calderón, jefe de Investigaciones de la Revista Semana, quien se encontraba adelantando un trabajo periodístico sobre las irregularidades en el centro de reclusión de Tolemaida, «en donde militares condenados por las más graves violaciones a los derechos humanos han gozado de extravagantes privilegios» (vea la noticia aquí).
Según Reporteros Sin Fronteras, de 179 países tenidos en cuenta para la elaboración del índice de libertad de prensa, Finlandia es el país que más respeta la libertad de los medios, mientras que Corea del Norte, Eritrea y Turkmeninstán son los países con mayores restricciones para los periodistas. En este ranking, Colombia ocupa el puesto 129, un vergonzoso lugar pues, siendo un país «democrático» (por eso lo pongo entre comillas), seguimos siendo de las naciones con mayores violaciones a los DDHH aunque en algunos aspectos «vayamos mejorando». (Press Freedom Index 2013)

Qué descaro, en Colombia estamos en «situación difícil». ¡Pues claro! Si nos detenemos a pensar en los factores que nos ponen en rojo en el mapa, creo que nos debería dar vergüenza por muchas cosas. Y ni mil entradas en el blog me alcanzarían para enumerarlas y debatirlas. Qué tristeza.
Y es que aún así, ocupamos como por arte de magia rankings de los países más felices, los inversionistas nos quieren, los extranjeros nos adoran, tenemos un país increíble de paisajes y gente hermosa, y nuestra economía pareciera «ir mejorando», lo que nos hace pensar que estamos mejor que muchos.
Pero hoy, 3 de mayo de 2013, no me siento capaz de celebrar un día en el que evidentemente no hay libertad de prensa en el mundo. Sí, es una situación que no es exclusiva a nuestro territorio, pero no podemos pasarnos de celebración en celebración, tomando estas fechas conmemorativas como un simple paliativo.
Las cifras, como bien dice la Directora General de la Unesco, Irina Bokova, «son simplemente alarmantes»
Por ahí dicen que la verdad duele, y es por eso que el periodista comprometido con la verdad siempre es perseguido, pero uniéndome a la portada de hoy del diario El Espectador, siento mi voz de protesta y digo también «NO NOS CALLARÁN».
Sonará utópico, pero en medio de tanta turbulencia, soy una persona feliz y optimista. Sueño con un mundo en el que se denuncie cuando se tenga que denunciar, en el que no se asesine por decir la verdad, por destapar escándalos, por expresar simplemente una opinión contraria y diferente. Si ese día llega, entonces podré celebrar de corazón un Día Mundial de la Libertad de Prensa…
A COLOMBIA DEBE LLEGAR UNA PESTE A TODOS LOS POLITICO D CANCER,CHICUNGUÑA,LEBOLA O PLOMO MALSITOS TODOA YBSUBMALDITAS MADRES.