Foto portada: Jorge Parri
Con el tiempo, el ideal de “perfección” de la silueta femenina se ha ido transformando. De las modelos 90-60-90 pasamos a las extremadamente delgadas para, nuevamente, volcar las miradas sobre las curvas. Hoy, el modelaje plus size se abre paso en un camino tradicionalmente lleno de juicios y señalamientos. Las modelos curvy reclaman su lugar en las portadas de revista, mientras siguen soñando con pisar las principales pasarelas del mundo.
Los cánones de belleza a través de la historia
En la antigua Grecia, las mujeres eran consideradas como la versión “desfigurada” del hombre. Su silueta, del año 500 al 300 A.C., se percibía como «ideal» si era rellena. Sin siquiera pensar en la noción de modelos de talla grande como las conocemos en la actualidad, esa redondez también marcó el Renacimiento italiano. En esta época se destacaban los pechos, el estómago y las caderas.
Más adelante, en la Inglaterra victoriana, el corsé cobró protagonismo. Las curvas se negaron a desaparecer, pero la figura femenina empezó a marcarse. El término “plus size” comenzó a acuñarse hacia los años 20, para denominar a aquellas mujeres que no encajaban en el ideal de belleza de la época. Con la I Guerra Mundial, ellas empezaron a asumir roles que hasta entonces solo desempeñaban los hombres. La silueta femenina de la posguerra pretendía ser la de “la eterna adolescente”, ocultando la cadera y el busto. El deporte y la búsqueda de un cuerpo atlético contribuyeron a idealizar una mujer de curvas un tanto escondidas.
La era dorada de Hollywood
¡Boom! Otro cambio abrupto en los cánones de belleza. Entre 1930 y 1950, y gracias a figuras como Marilyn Monroe, las mujeres curvy se volvieron las estrellas del momento. La figura de “reloj de arena” se impuso como el modelo de cuerpo a seguir. Las mujeres buscaban definir su cintura sin ocultar su voluptuosidad.
El fenómeno Twiggy
En los años 60, Leslie Lawson, más conocida como Twiggy, se convirtió en la primera supermodelo y gran modelo internacional. A pesar de su baja estatura y su delgadez, un golpe de suerte la catapultó como el rostro del momento y el referente del “cuerpo ideal”, gracias a sus delgadas y estilizadas piernas. Twiggy, lejísimos de ser una mujer de talla grande, había cambiado nuevamente el estereotipo de belleza.
Las supermodelos
Si bien Twiggy se adelantó, no fue sino hasta los 80 cuando el concepto de “supermodelo” se institucionalizó. Una mujer se considerada bella si tenía una figura atlética, un cuerpo armónico y brazos tonificados. Tenía el cuerpo ideal si en general, se veía esbelta (con curvas, eso sí, en parte gracias al auge de los implantes mamarios).
La extrema delgadez de los 90
Con mayor recurrencia, diseñadores, publicistas, fotógrafos y agencias de modelaje, empezaron a buscar mujeres extremadamente delgadas, imponiendo así un nuevo ideal de “cuerpo perfecto”. El canon había cambiado. Ser delgada, tener una piel casi traslúcida y un aspecto un tanto andrógino, garantizaba el reconocimiento y el trabajo. Ese estereotipo ocasionó (y aún hoy en día lo seguimos viendo) que muchas mujeres que no encajaban en esos parámetros, empezaran a sufrir trastornos de la conducta alimentaria. Por poner un ejemplo, solamente en Estados Unidos, trastornos como la anorexia nerviosa suponen la tercera enfermedad crónica más frecuente entre mujeres adolescentes, después de la obesidad (qué ironía) y el asma.
Entre las modelos curvy y los ángeles de Victoria’s Secret
Actualmente pareciera haber una mezcla entre el “healthy skinny” y la voluptuosidad. Las cirugías plásticas siguen estando a la orden del día. Los senos y el trasero grandes siguen siendo importantes. El estómago de las mujeres tiene que ser plano y tonificado. Eso sí, se debe mostrar un aspecto saludable.
¿Qué se entiende por belleza en la actualidad?
Sin duda hoy no hay una, sino múltiples realidades. Bueno, de hecho todas las mujeres son reales, pero actualmente se asume una mayor conciencia sobre la importancia de aceptarse y quererse como se es. Más allá de seguir un patrón determinado de belleza que, por supuesto, no puede ser el mismo en todo el mundo, las mujeres estamos reconociendo que somos bellas por el simple hecho de serlo. Aún falta mucho camino por recorrer, pues ser “fit” parece un eufemismo tras el cual se esconde la negación por aceptar que hay mujeres que hace rato pasaron los 90-60-90 y que pueden ser modelos igual de profesionales a un “ángel” de Victoria’s Secret.
La verdadera batalla del modelaje plus size
En 2011 la edición italiana de la revista Vogue publicó en una de sus portadas a tres modelos plus size: Tara Lynn, Candice Huffine y Robyn Lawley. Otras revistas como Marie Clarie y Elle han hecho portadas similares. Tal vez, una de las portadas que más se recuerda es la de Ashley Graham para Sports Illustrated. Bueno, dicen por ahí que la única razón por la que este mujerón (porque es, simplemente, divina) apareció en la revista fue porque SwimSuitsForAll pagó la pauta.

Sin embargo, es evidente que el mundo está más abierto a esta realidad. Sí, las modelos de Victoria’s Secret no son las únicas. Hay agencias y modelos plus size que están negociando jugosos contratos porque la industria, poco a poco, se ha dado cuenta del potencial del mercado.
No le quiero “dar palo” a Victoria’s Secret. Me parecen divinas las modelos como Behati Prinsloo, Alessandra Ambrosio o la ya retirada de las pasarelas, diva, mamasita, Giselle Bündchen. Pero les tengo una noticia: ¡ellas no son las únicas mujeres en el mundo y tampoco son las más lindas de todas!
El papel de las agencias de modelaje plus size
Uno de los mayores retos a los que se enfrentan las modelos de tallas grandes es encontrar una escuela que las forme y una agencia que las represente. Lamentablemente, hoy todavía se piensa que hay que pagarle más a una modelo regular, y que una modelo curvy o de tallas grandes “no vale lo mismo”. Sí, es triste, pero por fortuna el panorama está cambiando.
Plus Fashion Agency: la primera agencia de modelaje plus size en Colombia
Sonia Vanegas asumió el encargo de Plus Fashion Agency, agencia y escuela de formación para modelos plus size en Colombia, pionera en el país. Sonia cuenta que la idea del proyecto vino de un ejercicio de observación, pues el mercado colombiano “ha venido desarrollando tallas grandes y para muchas marcas no ha sido sencillo encontrar modelos profesionales que trabajen en sus campañas”.
En PFA, las modelos tienen un proceso de formación “que va desde el coaching emocional hasta temas de dominio de pasarela (…) muchas niñas han pasado por procesos de bullying muy fuertes, que vienen incluso desde sus familias, y necesitan aceptarse”, cuenta.
Sonia sabe que el mundo de la moda “es muy duro”, pero con la agencia, la intención también es enviar un mensaje a todas las mujeres “que alguna vez soñaron con ser portadas de revista y, por supuesto, a la industria”.
Pamela Díaz es modelo. Siempre quiso serlo pero “dejó el sueño atrás” porque, por su contextura, se le metió en la cabeza “que por gorda no la iban a aceptar en el mundo del modelaje”.
Cuenta que todo el tiempo sintió rechazo, que siempre fue incómodo para ella ir a comprar ropa porque siempre tenía que preguntar “cual era la talla más grande”.

Se topó con Sonia y con PFA “por casualidad” y piensa que, aunque lentamente, el tema de aceptar el modelaje plus size en Colombia está avanzando. Pamela habla con confianza. Es segura de si misma y no le da pena mostrarse como es. Sin embargo, asegura que “lo más difícil ha sido que crean que esto va en serio (…) y lastimosamente muchos creen que no nos tienen que pagar lo mismo que a una modelo regular por el simple hecho de ser gordas”. Este es el concepto que ella quiere cambiar.
También da un mensaje a quienes las critican, pues asegura que hoy en día, estos comentarios la hacen más fuerte.
España: un país que se resiste al modelaje plus size
Susel González es una modelo cubana de tallas grandes que llegó a los 13 años a España. Mide 1.71cm y es talla 46, y asegura que “no hay mucho avance en el tema” porque en el país es imposible vivir del modelaje de tallas grandes.
“Hay sesiones que no son remuneradas y cada una se busca la vida por su cuenta. No hay salida económica real para una modelo de tallas grandes, al menos en España”, asegura.
Entró a este mundo por casualidad. Sufría un TCA (trastorno de la conducta alimentaria) y, como parte de su terapia, tuvo que tomarse unas fotos para aceptarse a sí misma y ver su realidad. Pasó de no querer estar expuesta, a ser modelo.
Dice que su camino ha sido contradictorio. “Por un lado hay mucho apoyo, hay gente que se alegra, pero también hay burlas, críticas y comentarios hirientes”. Es cocinera de profesión, aunque sostiene que va a darle al modelaje de tallas grandes “hasta que el cuerpo le de”.

Defiende el modelaje plus size, asegurando que ni ella ni sus compañeras hacen apología a la obesidad. “Lo que no es saludable es que hayan cada vez más niñas con trastornos alimenticios por culpa de los falsos estándares de belleza”, apunta.
Es también abanderada del proyecto “Que tu talla no te frene”, el cual busca defender la diversidad y reflejar la importancia del amor propio.
En audio: razones de peso para apostarle al modelaje plus size
Como Pamela y Susel hay muchas, muchísimas mujeres que buscan abrirse camino en el mundo del modelaje de tallas grandes. En sus historias la alegría se mezcla con la resiliencia. Son mujeres que, en algún momento, se sintieron rechazadas pero hoy, se sienten más fuertes y bellas que nunca.
Y qué decir de Sonia, una mujer que al frente de esta iniciativa, aún por encargo, busca empoderar a otras mujeres tan reales como ella, a mujeres con curvas y con toda la actitud, para cambiar el concepto errado que aún se tiene sobre la belleza.
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